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viernes, 28 de enero de 2011

Cada siete olas


Cada siete olas de Daniel Glattauer

Cada Siete Olas sigue demostrando la brillantez de Glattauer con las palabras, nos sigue haciendo sonreír y encariñarnos con su Leo pero ya no sopla en él el Viento del Norte. Los  protagonistas no tienen la misma chispa y picardía y yo soy de las que pienso que segundas partes nunca fueron buenas. Es cierto que las páginas vuelan, maravillosas y adictivas; que la narración sigue siendo dinámica, con mucho estilo y divertida; pero, y siendo objetivos, no dejo de notar que Glattauer tenía una cierta pereza al escribir, que Leo y Emmi ya no se lanzan puñales en un intento por conocerse y que durante más de 200 páginas se da vueltas una y otra vez a la misma discusión.  Emmi, por tu parte has sido bastante insufrible en este nuevo encuentro, más bipolar y consentida, y muy poco merecedora del final que más de un millón de lectores han pedido darte.
En definitiva, una muy grata lectura de la que, confieso, esperaba algo más.

Contra el viento del norte


Contra el viento del norte de Daniel Glattauer

260 páginas que se devoran de una sola sentada y que sorprende con cada frase, con la originalidad de la forma y el contenido y con la personalidad de sus dos protagonistas.

Emmi lo único que quiere es anular su suscripción a la revista Like  mandando un email. El problema viene cuando el correo lo envía a la dirección equivocada: la de Leo Leike. A partir de ahí, estos dos desconocidos comenzarán a entablar una relación electrónica cuyo límite parece no existir... ¿O sí?

Una bonita y sincera historia de amor ambientada en esta era de la tecnología en la que vivimos y que podría transcurrir en cualquier lugar del mundo con cualquier par de protagonistas. Una novela que habla sobre el amor, la amistad y la seducción y que termina dejándote con la miel en los labios y esperando con desesperación que se publique la segunda parte de la historia "Cada siete olas".

El tiempo mientras tanto

Imagen      de Carmen Amoraga
 (Finalista Premio Planeta 2010)

Carmen Amraga nos trae una historia de anhelos, de recomponer la vida, de amistad, de amor, de convivencia, de experiencias de amigos, de gente que se conoce y que sienten. Una novela sobre enfrentar la vida y recomponerse de la adversidad, sobre ellos y ellas, sobre todo eso que nos sucede a todos, las confusiones, los sentimientos, los anhelos.

Una novela que nos recuerda que aunque el género femenino es dispar en muchas cosas, los sentimientos son algo que compartimos todas las mujeres, y que los hombres de esta novela también nos hacen ver que ellos también sienten, que  también tienen confusiones, sueños y amores.

Una novela realista, como la vida misma, cuya lectura recomiendo de verdad, porque tras leerla nos daremos cuenta de las cosas verdaderamente importantes de la vida y que nos hará reflexionar.

El espejo del cielo

 de Cristina Tchicourel

La escritora argentina Cristina Tchicourel ha volcado sus vivencias personales en 'El espejo del cielo' , una obra en la que están presentes sus emociones y que rememora algunos de los momentos que han marcado su vida.

En una entrevista a Europa Press, Tchicourel explicó que en su primera novela para adultos quería "utilizar lugares --Buenos Aires, París o la India-- y situaciones que me resultaban familiares de algún modo", aunque aseguró que la obra "no es autobiográfica".

'El espejo del cielo', una novela "muy femenina" y "intuitiva", tiene como protagonista a Sara, una joven fotógrafa que "siempre va a la deriva" arrastrada por el amor de un hombre mayor que un día la invita a marcharse y alejarse de él para que desarrolle como persona.

Sara decide afincarse en París, donde acaba trabajando de secretaria y fotógrafa personal de la cantante de jazz Nina Simone, como la propia autora, que recuerda a la artista por "su grandiosidad". Tchicourel conoció a la cantante "cuando buscaba una habitación" en París y terminó trabajando para ella "haciéndole fotos y acompañándola a los conciertos". "Era una persona infeliz", aseguró la escritora, que de este modo ha querido "rendirle un pequeño homenaje".

Cuando ya ha tocado fondo, Sara descubre de la mano de un monje la "meditación", que le ofrece "paz interior". "El silencio o los rezos son algunas vías para encontrarse con uno mismo", aseguró hoy la autora, cuya experiencia en la India "también me sirvió como viaje iniciático".

Seguidora de los textos de Jorge Luis Borges, a quien conoció en un taller literario en Buenos Aires, la autora recalcó que el tema central de la obra es la "aceptación de la muerte" ya que, en su opinión, "si nuestra sociedad la asumiera las relaciones entre las personas serían distintas".